miércoles, 27 de junio de 2007

Amor


Compromiso.
Elsa ha distinguido este rincón mío como "blog de amor".
Me obliga a escribir sobre el amor y a elegir otro blog digno de esta distinción.
Me honra su elección... y me agobia.
No me gustan estas cosas.

¡Podría escribir tantas líneas y tantas cosas sobre el amor!

Soy un loco.

Porque el amor es cosa de locos... porque los cuerdos no aman.

Porque el amor es infinito, no tiene límites, no termina, no es inteligente, no es amigo de la mesura, no se cuantifica, no se acota...

Porque el amor es aventurero, es generoso, no reclama, no pide, no envidia, tolera, perdona, disculpa, no exige, no piensa, no reprocha...

Porque el amor ama sin ser amado, entrega sin recibir, escucha sin ser oído, ayuda sin esperar, sana sin ser curado...

Por eso los cuerdos no aman... por eso no quiero ser cuerdo.

Porque estoy loco, porque quiero amar sin medida, buscar vuestra felicidad, contemplar vuestras miradas, mirar vuestros ojos, disfrutar vuestras sonrisas, reír con vosotros, brincar juntos, alegrarme con vuestra alegría, serenarme con vuestra paz, gozar con vuestras ilusiones, contagiarme de vuestra felicidad...

Amar hasta que duela, amar hasta la muerte... querer hasta morir.

Dar la vida, regalar mi vida... no pedir nada.

Amar callando... y cuando mi corazón enmudezca por la muerte... seguir queriéndoos.

Por eso no soy cuerdo, por eso soy un loco.


No puedo distinguir sólo un blog de amor entre mis "locos".
Locos repletos de amor.
El que quiera, que coja el testigo.
.

lunes, 25 de junio de 2007

Os lo debo


A vosotros, que os quiero con locura.
Mi vida, mi mundo, mi razón de ser sois vosotros.
Y yo no os merezco.
Perdonadme mi inconsciencia, mi ignorancia, mi agobio, mi simpleza y mi miseria.
Perdonad el daño que os hago y os he hecho, sin quererlo y sin pensarlo.
Os pido perdón... tarde, pero aún así os lo pido.
Habéis estado siempre a mi lado, mis grandes tesoros, y no he ayudado a haceros la vida agradable, no he sabido o no he querido, encabezonado en hacer lo que creía que debía... que no era eso.
El deber mal entendido, la obligación no debida... a costa de la felicidad, la vuestra, la nuestra.
La atención a quien no la merece, ni la agradece, malgastada.
Sé que no leeréis estas palabras.
De otra forma intentaré compensar el daño y la infelicidad que os he producido, en el tiempo que todavía pueda hacerlo... con mi vida.
¡Cuánto os quiero!... ¡Qué idiotas los que me acusan de quereros tanto!
Seguiré queriéndoos toda mi vida y con toda mi alma, estaré de vuestro lado e intentaré resarcir el tiempo pasado.
No quiero oír más eso de que os quiero demasiado. Quiero quereros hasta el infinito.
Sois el regalo de mi vida.
Quiero que seáis felices.
¡Cuánto os quiero!... ¡Y qué bien sienta decirlo!

domingo, 17 de junio de 2007

Amanece


Demasiado tiempo.
Deseo del reloj atrasado, del tiempo pretérito... del desandar.
Es necesario parar ya, es necesaria otra vida.
La necesitan... y la merecen. Y tú.
Hazte dueño y amo. Tuya es la vida.
Como siempre fue y debió ser.
No te ahogues en recuerdos, no recuerdes espejismos.
No fue y no era.
No merece la pena.
No pierdas tiempo. Para ya y coge las riendas.
Olvida el pasado e inicia el futuro.
Ya es la hora.

(propósito)

lunes, 11 de junio de 2007

Principios...

.
Bett... Bett... criatura mala. ¿Dónde fue tu caridad?
Qué examen me propones. Qué losa.
No puedo describirme ahora... lo siento, no me encuentro.
Pero no soy capaz de defraudar tu invitación, que es todo un detalle.
Porque me pides que no huya... me obligas.
Sólo por eso hago un paréntesis en mi blog para contarte cuatro principios que admiro y cuatro ideas que detesto:

Libertad. Tesoro y guía de mi vida... libertad mía y libertad tuya.
Compromiso. Extremo... en mi amor, en mi amistad, en mi vida.
Sinceridad. Mi gran defecto y mi ruina... que me enorgullece y me pierde.
Solidaridad. Los débiles... sin remedio, mi vulnerabilidad, mi talón de aquiles.

Traición. El gusano que más odio, y que me acecha sin descanso.
Crueldad. No la veo en mí... aunque mataría a sus dueños.
Servilismo. ¡Madre mía!... cómo lo desprecio.
Mediocridad. Cierro los ojos para no encontrarme con ella día tras día y hora tras hora.

Lo de describirme... no puedo.
Anda... no vuelvas a pedirme esto.

sábado, 9 de junio de 2007

Apatía a lo cotidiano


Cuando veas deshecha la mayor ilusión de tu vida,
depositada en ella tu espíritu y tu fuerza.
Cuando sientas que tu globo invencible se desinfla sin remedio,
majestuoso de colores y guirnaldas... impresionante, magnífico,
convertido en amasijo de dobleces inmundas, sucias y perdidas,
paño arrugado, triste y mendigo,
imperio abatido.
Cuando de ver el cielo de su propia mano,
lo veas desde abajo, desde lo pequeño y lo lejano.
Cuando convivas con hormigas y escarabajos,
los sin alma, desheredados del cielo azul y limpio.

Y te aterre el miedo de nuevos sentimientos que no eran tuyos,
de indiferencia ante lo corriente, de desprecio ante lo ordinario,
de apatía a lo cotidiano...
sentimientos de los que no huyes, por miedo a quedar en el vulgo abandonado,
porque tarde o temprano reflotarás otro globo fantástico,
y querrás volver a volar en él y con él, sin renunciar a intentarlo,
la esperanza intacta... prácticamente lo único que quedó intacto.

Cuando esa apatía haga que pierdas oportunidades, gozos y felicidades, y dichas, y te imposibilite levantar en tu vida el ánimo.
Cuando tu apatía haga daño a gente que quieres y te quiere,
gente maravillosa a la que importas, gente a la que conoces y desprecias.

¡Rebélate... y vive!
Busca conseguir el nuevo globo, busca tener las manos abiertas,
busca tener la mirada a lo alto, busca tener el alma dispuesta...
Pero desecha de ti la odiosa apatía, enemiga cruel y silenciosa,
cómplice callada de tu contrario.
Échala fuera y despídela...
Tú, por favor... ¡vive!.
¡Ánimo!