(Elucubraciones de viejo)
Cuando era más joven, allá por 1987, esta letra de Franco Battiato ya hacía mella en mi pensamiento. Su letra, su voz, su rareza, su soledad, o el conjunto de todo ello.
Mi romanticismo congénito, mi rebeldía innata contra todo, mis sueños de libertad... se alimentaban de este alimento, como de tantos otros.
Entonces, este disco (“Nómadas”) me ofrecía una visión de futuro.
Adaptaba su significado a mi propia esencia y a mi existencia de ese momento.... todo era presente y futuro. El pasado cabía en una cuna de bebé.
Era un futuro alcanzable, porque el futuro y el mundo cabían en mi puño.
Era invencible, todopoderoso, artista de mi propia vida.
Nada se rebelaba al moldeado de mi mano y mi voluntad.
Vuelvo a oír al cabo de los años esa canción... y me doy cuenta ahora de su significado profundo y completo.
Su significado desde una visión de vivencia, de experiencia, de pasado.
Ahora que el futuro no es tan amplio, que las cinchas están más claras, que los sueños tienen límites... que cuenta el ayer.
Ahora que he vivido tanto, que la vida y yo hemos pasado días y noches juntos.
Que hemos reído y hemos llorado.
La letra de Battiato florece ahora con todo el significado en mi mente.
Soy consciente de la fantasía de entonces... maravillosa.
Pero ya su significado es otro, expresa algo mío propio.
“Se quiere otra vida”...
Se necesita valentía para dar la vuelta.
Con ideas claras, la mente limpia y las fuerzas para hacerlo.
Una vez en mi vida las tuve, no hace tanto, y las seguí con ilusión y entrega de niño.
Con inocencia.
Di la vuelta abandonando el camino trazado.
Y recibí a cambio el guantazo más duro que la vida me ha dado.
Mala suerte. A veces se gana y a veces se pierde.
Ahora escucho de nuevo la letra de la canción.
Simple y sencilla. Profunda.
Y la siento otra vez mía... más mía:
...No sirven tranquilizantes o terapias.
Se quiere otra vida...
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