Querido blog, amigo, descansa.
Te dejo tranquilo durante este mes de julio.
Tú también mereces el descanso.
Agotado de acompañarme siempre, escuchándome pacientemente.
Aguantando mis neuras sin rechistar, soportándolas y descargándolas de mi espalda para cargarlas en la tuya.
Descansa... nos veremos a la vuelta.
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