lunes, 25 de agosto de 2008

Ficha


Ficha de dominó, de parchís, o lo que seas.
¡Vieja! ¿Cuánto crees que durarás?
Gastada por los manoseos y encontronazos...
¡Ay, aquellos sueños lozanos!
Estás cansada de jugar ya y no me extraña.
De esas vueltas sin sentido, de figuras inservibles, de la mesa sucia y vieja.
Te cansaste de los dedos insensibles que te mueven.
Del olor a rancio.

Si te cuentan que otros lares son más limpios, que otras mesas son más nobles, que otras manos más honestas... a pesar de que el marfil no brille en ellas...
El encanto de una lumbre, unas risas nuevas, un quehacer no obligado, un paseo libre y puro, una gente limpia, un aire sano.

Puede que allí consigas limpiar la mugre que te mata, que se templen los nervios y el corazón enmudezca... tú me entiendes.
Que las gallinas te contagien su simpleza.

Anda... vámonos con ellas.
A echarles de comer (... pitas, pitas), a hacer fuego, queso y vino.
A leer mucho y a pensar algo. Y a mirar al firmamento.
Aunque sólo sea a ratos, eso es lo que deseo.

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domingo, 17 de agosto de 2008

Olimpiadas


No querría soltar ningún tópico.

Admiro el esfuerzo de los atletas.
Su sacrificio personal y su entrega.
Aunque me rebele contra su manejo y su enjaulamiento.
La utilización de su esclavitud en beneficio ajeno.
Su uso como objetos.

Qué diferencia con la “jet” de las estrellas.
Esos “señoritos” del deporte, los televisivos, los millonarios sin merecerlo.

Pero ahora no quiero aguar la fiesta.
Admiro y respeto a los atletas de verdad, a los que ahora vemos.
Porque me parece admirable su esfuerzo.
Porque yo no podría ser tan esclavo aunque pudiera.
Ni aunque supiera.
Porque no valgo ni una milésima de ellos.

¡Olé por todos ellos!
Se merecen esto y mucho más.
Mi aplauso convencido.
Para su esfuerzo.

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sábado, 2 de agosto de 2008

Vuelta...


Cuando los sueños intentan desvanecerse,
y gotas saladas asoman por las rendijas del alma,
cuando la utopía se escapa entre los dedos,
y la imaginación se fuga de forma callada,
cuando la unión con la fantasía se rompe...
... no desesperes.

Cuando vuelves a la vida pequeña,
cuando los eslabones que te sujetan se enganchan,
cuando la libertad se despide con la mano...
... no desesperes.

Cuando la morriña te acompaña,
y el lazo que en poco tiempo anudaste se deshiela,
cuando la eternidad se torna efímera,
y la pretendida inmortalidad perecedera,
cuando todo aquello suena a sones lejanos...
... no desesperes.

Guarda en un rincón del alma los recuerdos.
Guarda en otro rincón las esperanzas.
Y por nada del mundo renuncies a ellos.
Recuerda... Y espera...

Que nadie ni nada de esto te pueda.

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