A quienes me hacen sonrojar “aunkemeduela”.
A quienes se hacen querer sin quererlo.
Mil gracias.
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Aunque escuezas en el fondo del alma, aunque revuelvas la paz, aunque despiertes la noche, aunque rompas la calma, aunque duelas, ...tamen...
Como el mar con sus olas, arriba y abajo, avanzando hacia su destino para morir en las rocas o descansar en la playa.
Así camina
Así caminan los hombres que en ella habitan, sus sociedades, sus cuerpos y sus almas.
Y así camina el espíritu inquieto.
Épocas de abundancia y épocas de sequía.
Cuando todo mana a borbotones o cuando nada fluye... porque la madre tierra es fértil o porque está seca.
Sequía estéril, jirones y trizas de arena y polvo.
Porque se fue el agua. O porque se la llevaron.
Sequía de agua por los embalses muertos.
Pues aunque no lo creamos o tengamos empeño en no creerlo,
agazapados en la comodidad de un hueco tibio,
bebiendo las falsas gotas que inventamos para seguir viviendo...
Aunque la sequía que sufrimos sea hoy tan árida,
volverán las lluvias y las nieves,
volverán los ríos y las fuentes.
A pesar del pesimismo y a pesar del hombre, siempre vuelven.
Y volverá tu sonrisa, que es el mejor premio.
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