sábado, 29 de diciembre de 2007

La enfermedad


La enfermedad es esa compañera que nos amarga.
A nosotros o a los que queremos, nos borra la sonrisa y la libertad de emociones.
Es como un peñasco que se puso delante del camino y nos oculta la visión perfecta que íbamos teniendo de nuestro día a día, de nuestros proyectos e ilusiones, por pequeños que fueran.
Es el cuerpo que se rebela.
Que no permite ser dominado y que, rencoroso, disfruta con la revancha de tanta ira contenida.
Nos damos cuenta entonces de otra gran lección, que asumimos a base de guantazos.
Y es que no somos dueños de todo... ni de algo... ni de nada... ni de nuestro propio cuerpo.

Siempre he aconsejado y he defendido que ante ella sólo tenemos un arma, que no la vence (... o puede que sí), pero al menos la desquicia, la enfurece y la desinfla.
Es el arma de la fortaleza.
La fortaleza del espíritu, la alegría y la esperanza, que vencen como nadie al desánimo... y vencido el desánimo, vencida la victoria de la enfermedad.
Por eso sigo defendiendo esa tesis, por teoría y por experiencia.

Al final, siempre lo mismo.
Nosotros por encima de la creación, si somos capaces de entenderlo y de quererlo.
De levantarnos, de "mandar"... porque sí, porque así lo queremos y ordenamos.
La vida a nuestro servicio y no nosotros al suyo.
No sé con quien conversaba una vez cuando salió esta idea que repito tanto: vivamos la vida y no dejemos que ella nos viva a nosotros.

Y la enfermedad no deja de ser un grano en su cara... que puede aplastarse con la yema de los dedos.
Y que siga teniendo la cara bonita.

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domingo, 16 de diciembre de 2007

Jóvenes


Siento tristeza.Por los jóvenes, la sal y el motor de la vida, la fuente inagotable de alegría y de ganas de vivir.

¿Por qué la obsesión de domarlos, por qué el empeño de meterlos en vereda, sin más, sin contagiar al mundo con sus valores?

¿Puede ser porque a nosotros ya nos han domesticado y vemos peligro en su libertad, porque creemos que tendrán más éxito con el yugo sobre sus hombros, en una yunta con la vida impuesta?
¿Acaso cortamos sus alas al mismo tiempo que su imaginación y su inteligencia por prudencia, por su propio bien?
No, no es por eso.

Vida, sangre a borbotones, amanecer, ilusión, sinceridad sin límite, esperanza sin límite, amor sin límite…
¿Abotonamos su cuello y borramos la sonrisa de sus labios, en bien de la seriedad del mundo, la eficacia, la eficiencia, la norma, la costumbre… el “orden social”?
No es por eso.

¿Por qué un mundo sin jóvenes?
Porque tanta ilusión y tanta “verdad” nos asusta. Nos levanta las faldillas del brasero. Nos mueve la conciencia agazapada en la madriguera. Nos quita la silla y nos obliga a levantarnos. Nos mete en los huesos el miedo al mundo fuera del rebaño.
Los jóvenes, de cuerpo y de alma, no son compatibles con las bolsas de valores, con los parlamentos de mentira, con la política de miniatura, con las clases establecidas, con el dinero de tantos bolsillos, con la pobreza de tantos otros, con el ordenado desorden social, con la justa injusticia…
Sus valores no interesan.

No quiero pensar en el veredicto de aquellos sabios demócratas, antiguos griegos juiciosos de lúcidas ideas y pensamientos, si pudieran levantar la cabeza y vieran en qué nos hemos convertido y en qué hemos convertido la sociedad que ellos empezaron a inventar. En qué hemos transformado la madurez que ellos respetaban. Cómo hemos desfigurado la enseñanza y el camino de los jóvenes. Y cómo hemos trocado sus ilusiones.

Queremos acortar el periodo fértil de la juventud.
Cada vez extendemos más la mano de la insensatez, la opresión y la falsa madurez sobre ellos (qué excusa, la madurez... ¡qué madurez la nuestra!)

¿A quién molesta tanto la juventud de las almas?
Porque si un joven decide seguir siéndolo toda su vida, se le recluirá sin remedio en el rincón de los locos y dementes. Porque el dinero y la vida fácil de algunos es posible con los borregos y difícil con las cabras locas.
La juventud molesta a los intereses y la juventud no tiene intereses. No sabe qué es eso.

Sólo tiene corazón.
Y por eso me gustan los jóvenes… por su corazón puro, corazón todo.
Rezo para que no desperdicien su vida.
Yo sé por qué me pueden llamar iluso e inocente... pero también sé por qué no descerebrado.

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jueves, 6 de diciembre de 2007

Aprender


Aprendiz de todo.
Sigo sintiendo en mi piel la túnica de aprendiz de la vida.
A pesar de conocer tantos aspectos de ella, de enseñar, de ayudar, de mostrar el camino a otros, de salir airoso de dificultades… me sigo sintiendo aprendiz.
Y ese sentimiento me mantiene vivo, porque mantiene una meta en mi mente y en mi inteligencia.
La meta que debo conseguir siempre y que nunca alcanzo.
La meta por la que lucho y me da fuerzas para seguir viviendo.
Una meta intangible, desconocida en su esencia, pero sentida día tras día… desde que una vez fui niño.
La sensación de que debo seguir aprendiendo no sé para qué.
Para llegar a conocer, conseguir y abarcar “la vida”. Sus pequeños detalles, sus trucos, sus problemas.
Con la idea utópica, infantil e ilusa, de que un día conoceré sus secretos y descansaré feliz.
Mientras tanto, sigo aprendiendo, y sigo enseñando lo aprendido.
Aunque algunos tengan la idea falsa de que ya sé mucho, o incluso de que ya sé todo, que confían en mí como si no pudiera equivocarme.
Porque ellos también van aprendiendo, y creen que quien les enseña algo, ya lo sabe todo. Como nos pasa a todos.
Y mientras tanto, mientras transcurren los años de mi vida, que ya van siendo muchos… sigo aprendiendo.
En cada cosa que hago, en cada empresa que empiezo.
No me canso, no termino nunca y no quiero terminar.
Mi imaginación y mi interés no tienen límite, de momento.
Me interesa aprender, quizás porque sigo teniendo esa sensación de que no sé nada.
Que soy un ignorante, que no he hecho nada más que empezar, que la vida me espera a lo lejos, que me falta tanto…
Pero estoy contento. No quiero tener el sentimiento feliz de la satisfacción, como tienen otros que han cerrado las puertas al conocimiento.
Esta sensación y estas ganas de dominar lo que se me ponga delante de los ojos, y hacerlo bien… me mantiene vivo y joven.
Así me siento… como hace unos años, cuando, adolescente, pensaba que toda la grandeza de la vida estaba delante de mí, esperando a que la descubriera.
Al cabo del tiempo he descubierto muy poco…. todavía me falta mucho, o todo, por descubrir.
Sigo siendo un aprendiz, y me sigue gustando.
Aprender… todo y de todos.

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miércoles, 21 de noviembre de 2007

La cerrazón


Nos empeñamos en malgastar nuestro tiempo buscando conflictos artificiales, aparte de los conflictos que la propia naturaleza y la propia vida nos regala.
No somos lo suficientemente inteligentes como para dedicar nuestro esfuerzo a resolver los problemas que naturalmente se nos presentan y disfrutar de los momentos de paz que se intercalan entre ellos.
No entenderé a las personas con ese empeño.
El de buscar y buscarse problemas, iniciarlos o inventarlos.
Me pregunto qué placer se encuentra en eso, qué se gana creando un conflicto donde no lo había. Porque esa lucha con los otros no trae satisfacciones, a no ser la perversidad del sentimiento de verlos vencidos, angustiados o fastidiados.
¿Y qué sacan de eso? ¿Qué ventaja para sus propias vidas?
Un día, y otro, y otro, estrujando el cerebro para intentar conseguir el mal ajeno, supongo que con la única satisfacción de ver o de pensar que el otro sufre, o pierde, o, al menos, no está tranquilo.
Sin darse cuenta de que, al mismo tiempo, ellos están perdiendo su valioso tiempo, sin dedicarlo a su propio provecho, a su propia felicidad.
No lo entiendo, pero ellos tampoco lo entienden.
Por más que se les diga y se le explique. Sólo contestan… yo sigo adelante hasta el final, yo no me rindo. Pero ¿hasta qué final? ¿qué premio conseguirán?....

Me da mucha pena la sociedad, cada vez una parte más ancha de ella, perdidos en sus nimiedades, en sus peleas y luchas ridículas, sin pararse a pensar ni un minuto qué es su vida, qué van a hacer con ella antes de que se acabe.

Infelices... qué ganarán, qué perderán... como decía Aute.

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martes, 6 de noviembre de 2007

Rebelión


Rebelarnos contra la vorágine, la marea que se jacta de obligarnos y soltar amarras del torbellino que nos envuelve.

Momento a momento vivimos obligados.
Multitud de actos, deberes y necesidades.
Obligaciones extrañas, incomprendidas por absurdas,
habituales por deber, irrenunciables por temor.

Muchos tipos comparten el “grupo social”, pero dos hay contrapuestos:
Uno, inconformista, pensador, crítico, libre.
Otro, peluche feliz, hueco, acelerado, espectro.

Uno se levanta por la mañana pensando qué hará hoy o qué debiera hacer.
Cómo intentar ser libre en su propia libertad.
Cómo intentar que su trabajo valga la pena, aunque sólo sea para él mismo.
A quién dirigirse para ganarse o para perderse.
Qué recuerdos y qué futuro debe vivir hoy.

Otro se levanta sabiendo ya lo que hay que hacer.
Seguir la rutina diaria sin error ni retraso.
Seguir el trabajo de ayer, satisfecho igual que ayer.
Sonreír al resto de bustos sonrientes.
Su vida hoy, sin ayer ni mañana.
Ningún cómo, ningún qué.

Cómo se acuesta uno…
Satisfacción ignorante, sueño tranquilo, cara de ángel.
Cómo se acuesta el otro…
Duda creciente, inquietud de vida, desasosiego.

Y cuando ya es tarde, cuando falta tiempo…
la pregunta...
el ansia urgente de conocimiento…
o la huída fácil, la entrega ciega... sin pensamiento.

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domingo, 28 de octubre de 2007

Rarezas


Raros los que piensan, porque no se dejan llevar por la fuerza del rebaño.
Raros los que sienten, porque no miran hacia otro lado dejando pasar la vida.
Raros los que critican, porque no entienden que el mundo debe ser como se les muestra.
Raros los que conversan, porque ya pasó el tiempo del diálogo.
Raros los que ayudan, porque ser bueno provoca sólo risas.
Raros los que quieren, porque no saben que no se les devolverá nada.
Raros los que aman, porque su amor puede acabar recibiendo desdén sólo.
Raros los que trabajan, porque malgastan su tiempo en hacer lo que puede hacer otro.
Raros los comprometidos, porque desconocen que su interés caerá en saco roto.
Raros los que mantienen su palabra, porque están solos en un mundo de engaños.
Raros los libres, porque la libertad sólo es para locos.
Raros los compasivos, porque su sentimiento nunca será comprendido.
Raros los amigos, porque pocas veces serán correspondidos.
Raros los pacíficos, porque no son más que cobardes.
Raros los que ríen, porque no están cuerdos.
Raros los que lloran, porque son débiles.
Raros los sinceros, porque la verdad no interesa.

Bienaventurados los raros, porque sólo ellos están vivos.

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domingo, 21 de octubre de 2007

El sentido de mi vida


La vida nuestra tiene un sentido que no podemos apreciar con los sucesos cotidianos y ordinarios que nos acontecen. La sucesión de hechos simples que vivimos desde que amanecemos hasta que anochecemos cada día no la explican ni justifican. Son sólo el borde del camino, el paisaje que nos rodea y que vemos pasar según avanzamos sin detenernos. A pesar de que pueden envolvernos y conseguir ser el centro de nuestro pensamiento, de nuestra acción y nuestro argumento.

La vida -el sentido de la vida- no tiene que ver con eso.
La vida tiene un sentido propio en sí misma.
Es un concepto y una realidad que poseemos desde que nos fue dada.
La vida somos nosotros. En nuestra más profunda vivencia. En nuestro profundo ser más íntimo.

Adornada con pétalos y espinas. Con días y noches. Con luces y sombras.
Pero los adornos no sirven, no explican ni fundamentan la existencia.
La existencia es el tronco, no las flores, ni siquiera la corteza.
Las flores embellecen, las espinas molestan, la corteza cubre, pero la vida es la esencia.

Nos dejamos cegar por las cunetas, sus colores, sus piedras, sus cardos, sus cerezas…
Y olvidamos la luz misma del camino.
La luz propia, nuestra luz… la que nos ofrecieron gratis cuando aquí caímos.

El regalo más hermoso y más grande… nosotros mismos, únicos, diferentes.
Unidos nuestro cuerpo y nuestra alma en un ser difícil, complejo y perfecto.

Vivir la vida mirando al frente.
Salir de esas cunetas y no perderse en pequeñeces.
No olvidar quienes somos… nosotros mismos, independientes.
No perder la vida, no perder el tiempo.
No agacharnos ni bajar la cabeza.

Puede ser el mismo sentido de la vida el motor que nos mueva.
Si somos capaces de no perder el horizonte.
Si miramos adelante con la mente abierta.
Si no nos ahogamos en angustias inútiles.
Si, con todas nuestras dudas, nos sabemos hombres y mujeres libres.

Si, al final, morimos satisfechos, tranquilos y serenos,
por haber encontrado el verdadero sentido a nuestra existencia.

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martes, 16 de octubre de 2007

Oporto ("Porto")


Nunca me defrauda.

Nunca he vuelto de Portugal defraudado.
Tantas veces que he ido a ese hermoso país, tantas veces que he vuelto encantado.
Con la sensación de que estoy en casa, más que en muchas otras regiones de España.

Su gente tan especial, su ambiente cálido y amigo.
Su vida intensa.
El movimiento y el calor que fluye en el aire y en las calles.
Su idioma, que entra en tu interior, amable, acariciando.

He estado una vez más en Oporto estos días, este puente.
He disfrutado una vez más de su vida, de sus gentes, de sus francesinhas, de sus “tripas” (nuestros callos), de su bacalhau y su vinho verde.
He vuelto a sus bodegas.
He vuelto a comer en Matosinhos y he vuelto a sentarme en la Ribeira.

Precisamente allí, en la Ribeira, en esa Ribeira que se ve en las fotos, sentado en una terraza y tomando una cerveza, estuve con una mujer portuguesa que, no me acuerdo a cuento de qué, me soltó lo único que se me quedó grabado de ella: “...al fin… ¿no somos españoles y portugueses como hermanos?...”.
Y sí, se me quedó grabado, porque eso es precisamente lo que siempre he sentido. Siempre he estado en Portugal como en mi casa.
Siempre como hermanos.

He pasado unos días tranquilos, a gusto.
Cada día quiero más a Portugal.
Al lado de mi Atlántico dorado.
Vengo con aires nuevos y con bríos renovados.

Gracias, Portugal.
Gracias, amigos portugueses.

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sábado, 6 de octubre de 2007

La carretera y yo

Ya sé que suena a copia, a plagio.

Aunque esta copia más que nada suena a prosa.
Pero el título es así, qué voy a hacerle, porque así me sale… porque la carretera es mi Platero… aunque a ella yo aún no le he dado ningún nombre.
La carretera y yo… juntos y revueltos.
Un ser único formado por dos aventureros, ella y yo, y yo y ella.

Dulce Platero trotón, burrillo mío,
que llevaste mi alma tantas veces
—¡sólo mi alma!—
por aquellos hondos caminos...

No puedo describir la sensación que tengo cuando me lanzo al viaje y huyo del hormiguero humano de la ciudad (por lo de hormigas… y por lo de humanos).
No puedo porque no sé plasmarlo en palabras.
Yo solo… a veces en el coche, a veces con el casco y mi niña de dos ruedas. Da lo mismo.
Nos quedamos solos y nos hablamos.
La carretera y yo, o yo y la carretera.

Esa sensación tan profunda de paz que siempre he sentido con ella.
Cuando era todavía niño y adolescente, en viajes familiares, mirando y evadiéndome por la ventana, soñando, imaginando, amando y siendo amado por la naturaleza que volaba ante mis ojos.
Ya entonces me podía lo romántico.
Y después, de adulto, ese amor mutuo que se ha hecho más profundo y más intenso.
Me sigue pudiendo.
¿Podré decir que es mi mejor cómplice?... mi carretera… los caminos… el paisaje… la naturaleza… y yo con ella.

Ahora, a mis años, salgo a verla... a estar juntos, acompañados de la hierba, de los árboles, de los campos, de los algodones de nubes allí arriba... saludando.
Con la música de las ondas o con la música del aire y de la tierra.
Ahora salgo y me emociono... me alegro y me entristezco, depende.
Río y lloro.
Lloro mucho cuando la vida me aprisiona… y ella sola me consuela.
Pero lloro de verdad, con lágrimas de las buenas.
Y río también de verdad, cuando puedo, y los ojos se me alegran… y suelo dar golpecitos con la mano en el volante o en los manillares, según sea, compañeros de esas risas y ese gozo.

Mucha gente no lo entiende. Me preguntan si me aburro.
Pobre gente.
No saben cómo es, no saben qué momentos...
No saben que viven en la tierra.

Lo que pierden…

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domingo, 30 de septiembre de 2007

Estrella fugaz


(A una estrella fugaz, …para ella)

A ti, estrella fugaz, que borraste con tu estela el espejista brillo de otra estrella.
Que entraste en mi guarida y limpiaste mi carcoma negra y pérfida.
Ilusión de un alma, asidero salvador de mi corazón adverso.
A ti, lucero que abrió mis ojos de la oscuridad gris y siniestra.

A ti, sueño reciente y tan cercano.
Corazón soñado, imaginario y libre.
Esperanza de vida… vida antigua y vida nueva.
A ti, ave del cielo, antojo de mundo nuevo.

A ti, fantasía de un alma suplicante y triste.
A la que abrí, novato, mi tesoro, grande o pequeño.
En quien confié mis ansias nuevas, mis ansias todas.
A ti, estrella a quien quise aferrarme como hombre y niño.

Estrella que te fuiste… como otras.
Estrella preciosa, fugaz, que me huiste…y lo merezco.
Como otras, tú no fuiste, a mi pesar, destino mío.
Tú tienes otra senda más brillante y luminosa.

Quiero que sepas que mi corazón está contigo.
Que mi agradecimiento hacia ti va dirigido.
Que formas parte ya de mi bagaje.
Que enriqueces mi experiencia y mi talega.
Que mi olvido… para ti no cuenta.
Y mucho menos mi rencor o mi deuda.

Gracias por todo eso, por tu existencia.
Gracias por cruzarte en mi camino.
Gracias por abrir mi corazón y mis ojos.
Gracias por borrar lo que borraste.

Tú has enriquecido, sí, mi alma.
Me has ayudado, sí, a ser más hombre.
Me sacaste de tinieblas tan oscuras.
Sin quererlo… lo sé… pero lo hiciste.

A ti, estrella fugaz, sueño vivido.
Que tu senda acabe en un buen puerto.
Que seas feliz al fin, que lo mereces.
Que encuentres, al fin, tu firmamento.

Aquí me bajo, aquí me quedo.
En busca de otra estrella.
Con la esperanza amiga.
Con mi certeza de que nunca cederé en ella.

Hasta siempre… hasta pronto.
Y te quiero.

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domingo, 23 de septiembre de 2007

Insomne


Entre todos los insomnios, sólo ése.
El que viene sin pedirlo, el que inyecta inquietud en el espíritu, el que hace que la vida se prolongue.

No sé si la vida que me sobra ya me agrada o desagrada.
No sé si las horas de vigilia son perdidas o ganadas.
Tanto tiempo ya… tanto insomnio… tanto rato despierto mientras el mundo duerme.
¿Estoy vivo yo? ¿Están muertos ellos?.... ¿O acaso soy yo el muerto?

Al cabo de tantos años, tantas experiencias, tantas ideas raras… tanta loca de la casa.
Cuántas cosas y cuántas actividades habré vivido ya en esa vida doble que me sobra.
Cuántos pensamientos, cuántas lecturas, cuántos paseos…

Muchas veces he pensado en esto… (¡cuánto pensamiento!)
Por qué el insomnio prefiere a unos sobre otros.
El cerebro, la fisiología, los nervios, la persona… o es el alma nuestra.
El interés, la culpa, la preocupación, la pena, el ansia, el corazón, la amistad, hasta el amor… ¿son tan distintos que tan diferente ocupan la conciencia?

La noche con mayúsculas…
Qué tiene que ver tu noche con la mía, mi amiga y mi enemiga, mi cómplice y verdugo.
Y con ella el insomnio que me llama por mi nombre, que me quiere y me abraza como un oso.
Con su abrazo grande y tierno de espinas largas… que me pinchan y me sangran.

Esa vida que me sobra, como digo, no sé si me agrada o no me agrada.
Tengo dos vidas, o una vida doble… con ventaja y desventaja.
Tengo un baúl más lleno… pero a costa de sangre vomitada.
Qué elijo… si pudiera.

A estas alturas, ya no sé lo que prefiero.
Ésta es mi vida, la que siempre me acompaña.
Llevamos mucho andado juntos.
A estas alturas, yo creo que ya nos queremos… y que ya no podremos nunca despedirnos.
Amigo insomnio, aunque no te guste de este modo… aquí tienes a tu alegre amante insomne.

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Gracias a una buena amiga mía, Tchivinguiro,
que me honra inmerecidamente,
tengo la ilusión de poner aquí un regalo suyo,
"Insomne" en mi querido portugués:

Insónia

Entre todas as insónias, só isso.
A que vem sem o pedir, a que injecta inquietude no espírito, a que faz com que a vida se prolongue.

Já não sei se a vida que me sobra me agrada ou desagrada.
Não sei se as horas de vigília são perdidas ou ganhas.
Tanto tempo já… tanta insónia… tanto instante desperto enquanto o mundo dorme.
Estou eu vivo? Estão eles mortos?... Ou acaso sou eu o morto?

Ao cabo de tantos anos, tantas experiências, tantas ideias raras… tanta louca da casa.
Quantas coisas e quantas actividades terei já vivido nessa vida dupla que me sobra.
Quantos pensamentos, quantas leituras, quantos passeios…

Muitas vezes pensei nisto … (quanto
pensamento!)
Por
quê a insónia prefere uns sobre outros.
O cérebro, a fisiologia, os nervos, a pessoa… ou é a nossa alma.
O interesse, a culpa, a preocupação, a pena, a ânsia, o coração, a amizade, até o amor… são tão distintos que tão diferente ocupam a consciência?

A noite com maiúsculas
Que tem que ver a tua noite com a minha, minha amiga e minha inimiga, minha cúmplice e verdugo/carrasco.
E com ela a insónia que me chama pelo meu nome, que me quer e me abraça como

um osso.
Com seu abraço grande e terno de espinhas compridas… que me picam e me sangram.

Essa vida que me sobra, como digo, não sei se me agrada ou não me agrada.
Tenho duas vidas, ou uma vida dupla… com vantagem e desvantagem.
Tenho um baú mais cheio… mas à custa de sangue vomitado.
Que elejo… se pudesse.

A estas alturas, já não sei o que prefiro.
Esta é a minha vida, a que sempre me acompanha.
Levamos
muito tempo juntos.
A estas alturas, eu creio que já nos queremos… e que já não poderemos nunca despedir-nos.
Amiga insónia, ainda que não te agrade deste modo… aqui tens a tua alegre amante insónia.

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domingo, 16 de septiembre de 2007

Miradas


A veces, más que reflexión necesito un desahogo...

La mirada que fue indiferente, que fue después interesada, que fue cercana, que fue amiga, que después fue amante, que fue cansada, distraída, que se hizo distante e incluso hiriente... ahora parece sensible, interrogante...

El mundo de una mirada, su correr por el tiempo, puede ser el argumento de un tratado y el argumento de una vida.
Cómo dos personas pueden unirse o separarse por la mirada... la mirada viva naturalmente, no la mirada muerta y seca, que suple su deficiencia con cadenas.
Cómo se unen y separan dos almas en uno, dos, tres minutos.... un mundo en un instante.
Qué facil es la unión y qué facil la separación por la mirada... una, dos, tres miradas.
Cuánto amor y cuánto dolor puede darse en un segundo de mirada. Un segundo más valioso que un diamante.

¿Y cuando la mirada no coincide con los hechos? ¿Y si no coincide con los dichos?

Siempre me guié por la mirada.
Separé los vivos de los muertos por su mirada, y me dediqué a los vivos.
Los vivos que me hacen reir y llorar, y también los que me intrigan, mirada difícil pero atractiva, mirada profunda, mirada íntima.
Siempre pensé que sólo quería vivir con quien "mirara", con quien "viviera".

Y cuántas alegrías y sensaciones me han dado las miradas. Y cuántas penas.

Ahora, en la paz del tiempo, en la melancolía del pasado, en la calma del cansancio... la mirada vuelve a despertarme y a interrogarme.
Sé que no quiere respuesta... o ya la tiene.
No busca acción, ni premio, ni castigo.... no busca nada.
La mía tampoco.
Pero qué riqueza tiene esa mirada... y al fin y al cabo, qué pérdida.

Sólo es mi desahogo dirigido al cielo...
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martes, 11 de septiembre de 2007

La orilla de la vida


En los últimos tiempos llega a mis oídos muy frecuentemente un canto de moda.

No quiero llorar más, quiero pasar la vida alegre, no quiero problemas ni preocupaciones. Sólo quiero el día a día tal como viene.

Pasar por la orilla de la vida. Ésa es la idea que ocupa cada vez más la cabeza de tanta gente.

No quiero saber nada, quiero disfrutar, no quiero pensar, no quiero sufrir, no quiero conflictos.

No quieren abrir los ojos ni estar despiertos.

La orilla de la vida, frontera del espíritu entre la vida y la muerte.
Una línea estrecha, con un pie a cada lado, inclinados hacia el vacío.
Lejos del paraíso, de los tesoros, de las manzanas… de las risas y las lágrimas. Lejos de su esencia, tan sólo paseando por la orilla.
Dónde está el crítico, el dialogante, el pensador, el vivo.
Cuánto veo al sometido y al soberbio. Al fantasma, al muerto.

La orilla de la vida… un lugar común, frecuentado y lleno de almas desiertas.

No me cuentes. No me digas. No me inquietes... Eres raro.

Sí, soy raro. Somos raros. Quedamos unos pocos.
Buscamos la espesura, descubrir la vida cada día, esperar en la esperanza, llorar los sentimientos, afligirnos por nosotros y por otros, y reírnos como nadie.
Tengo el corazón contrito, sí, lleno de llagas y heridas, de trozos que di a cada uno de los que quise, y a los que amé desinteresadamente.
Aunque muchos llenaron esos huecos que quedaron… muchos otros también dejaron huecos vacíos y yermos.

Pero… bueno, sé que no estoy solo. También conozco a otros raros y me entiendo.
Alguien que habla, piensa, siente, llora, ríe y quiere.
Alguien sin soberbia. Alguien que conversa. Alguien que comprende.
Y alguien que sufre y por quien sufro.

Alguien que sólo quiere llegar a la orilla de la vida cuando llegue la muerte.

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miércoles, 5 de septiembre de 2007

Terminó el verano.


A pesar de los deseos nuestros y con la impotencia de ver el final que no dominamos, se acabó el verano.

El sol que habíamos esperado desde la fría oscuridad de invierno, que llega y nos ilumina y nos calienta y nos alegra, y pensamos que será eterno y que nada ni nadie lo oscurecerá... se aleja, se silencia.

Volverá el otoño y volverá el invierno.
Y volverán los trabajos, las penas, los sudores, las luchas y las cuevas.

Ese sol, rey astro, que todo lo puede y todo lo gana, vuelve la cara.
Sigue su camino, hacia su futuro... que no es el nuestro.
El sol que tantas penas y heridas curó con su cercanía, curará otras penas y otras heridas, ya no las nuestras.

Recomenzamos de nuevo, otra vez... el otoño... el invierno.
Y todo continuará, como siempre... con la esperanza en nuestro andar de otra primavera, otro sol y otro verano.

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viernes, 31 de agosto de 2007

Cómo se me ve...


Una duda nos asalta a todos con frecuencia... ¿cómo se me ve?
Qué piensan de nosotros quienes nos conocen un poco, qué quienes nos conocen un algo, y qué quienes nos conocen mejor.
Cuánto nos dejamos conocer para que los demás hagan de nosotros una idea.

Porque muchos de ellos no nos importan, pero otros sí, y algunos mucho.
Porque algunos somos asequibles al conocimiento, y otros no lo somos tanto.
Y vivimos con un título colgado que puede reflejar fielmente la realidad, nuestra realidad... una realidad que creemos cierta y puede ser falsa, o puede ser cierta y la falsea la imagen ajena.

Y nuestro interior duele cuando es conocido por alguien que no lo respeta, sangra si lo conoce alguien que lo pisotea, pero crece cuando lo comprende quien lo aprecia.

Ya sé que hay gente a la que no le importa esto, que va por la vida con cerebro y sentimientos planos... pero también sé de la gente que lo valora, que lo cuida y lo respeta.

Nuestro mundo íntimo está abierto a la intemperie, al alcance de dardos y pedradas.
Pero, aunque lo protejamos con escudos, abierto deberá estar si vivimos.
Por desgracia, morirá si lo cerramos.

¿A quién confiaremos nuestra esencia?... habrá que asumir el riesgo de la apuesta, tendremos que apostarlo en nuestra vida.
Y si perdemos... callados, volveremos. Levantaremos de nuevo la cabeza.

Y al fin... ¿cómo se me ve?... ¿hasta dónde importa?
Cuánto se agradece cuando alguien que lo vale se convierte en vidente de tu alma.

Gracias por eso.
Aunkeduelas.

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domingo, 26 de agosto de 2007

Anhelos...


Tantas veces echamos de menos un hombro...
Sólo su sentimiento para saber que ahí estaba, callando, entendiendo, apoyando.
Un hombro donde reposar la mochila, llorar y dormir después, cerrar los ojos y descansar.
Comprensión, ánimo... y paz.
Nada más, y todo eso.

Tanto tiempo esperando al genio con su deseo. Tiempo perdido.

Es muy tarde, estoy cansado.
Se inicia la tarde de mi vida, el sol camina hacia el poniente... sereno, constante.
Sin tenerme en cuenta, sin hacerme caso.
El alma rebelde, intranquila y amarga, aguanta sin auxilio y sin consuelo.
Espera el atardecer, sólo aguarda.

Queda menos...
Una vida prestando el hombro.
Una vida necesitando de otro.
Mientras tanto, la mochila llena duele como un muerto. Alborotada, caótica.
Lágrimas que no tienen donde caer, solas y secas, desengañadas.

Tanta gente conmigo, tantos amigos, tanta familia, tanta alegría... pero sin hombro.
Tanto prestar el mío, tanta ilusión, tanto despego.
Tanto cansancio.

Tanto anhelo de encontrar uno que descargue mi peso. El alma llena.

Miro al cielo y veo luceros.
Quizás no busqué allí arriba.
¿Y si alzo la mirada? ¿Y si no miro hacia el suelo?

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miércoles, 15 de agosto de 2007

Esperanza


Hoy sólo tengo ganas de estar solo.
De dedicar mi pensamiento a un pensamiento.
De tener esperanza y contagiarla.
Hoy estoy también leyendo.



Y me acompaña Miguel Hernández:

Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.

Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa,
con su ruinosa cama.

Florecerán los besos
sobre las almohadas.
y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.

El odio se amortigua
detrás de la ventana.

Será la garra suave.

Dejadme la esperanza.


domingo, 12 de agosto de 2007

Melancolía


Hay días...
... en que la melancolía se adueña del alma,
en que los recuerdos afloran y reviven,
y la tristeza vence.
Días con pena y sin gloria.
Días sólo para escuchar a poetas donde guarecerte.

Me siento, a veces, triste
como una tarde del otoño viejo;
de saudades sin nombre,
de penas melancólicas tan lleno...
Mi pensamiento, entonces,
vaga junto a la tumba de los muertos
y en torno a los cipreses y a los sauces
que, abatidos, se inclinan... Y me acuerdo
de historias tristes, sin poesía... Historias
que tienen casi blancos mis cabellos.


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miércoles, 8 de agosto de 2007

Sol de agosto


Tengo la impresión este año de que la costumbre de la gente empieza a cambiar.
Que se vuelve a una situación anterior, de hace ya bastantes años.
Y es que en este mes de agosto de 2007 noto la vida ralentizada, el trabajo ralentizado, las calles ralentizadas.
Recuerdo hace años (puede que muchos) en que Agosto era un mes muerto.
Con sus ventajas y sus desventajas.

Pero la situación fue cambiando hasta convertirse en un mes normal, como marzo o como octubre, con hormigas pululando por todos lados, con trabajo a tope.
Este año hay más tranquilidad.
Menos trabajo, menos gente, menos extranjeros en la Universidad de verano.
Me siento relajado, incluso en una situación de semivacaciones.
Hasta casi sueño que soy un docente. ¡No caerá esa breva!

Pero lo que no cambia, lo que sigue su curso ascendente sin remedio, es la superficialidad de la mayoría.
La falta de espíritu, de alma, de conversación, de sentimientos, de crítica ante la vida y ante la sociedad... ante el mundo en definitiva.
Si no sabes hablar de famosos, de chismorreos, de cotilleos... no eres nadie.

Lamentablemente o afortunadamente, yo no soy nadie.
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viernes, 3 de agosto de 2007

Empezando de nuevo


Todos los años esperando que la vida lejos de aquí se prolongue indefinidamente en el tiempo, que las buenas relaciones con aquella gente no acaben, que los hijos disfruten para siempre de aquellos días y de aquellos amigos, que los paseos a las orillas de las aguas sean perpetuos, que disfrutar de aquellos manjares no cueste quinientos kilómetros...
Pero se acaba como siempre y hay que volver como siempre.

¿Lo peor de la vuelta?... la misma cierta gente que dejé cuando me fui.
Cuanto más viejo soy, menos los aguanto.
Algún día llegará que cometeré una locura. Es una forma de hablar, claro. Cazador no soy y no dispongo de armas que me busquen la perdición.

Se nota que acabo de llegar.

Y, a pesar de todo, sigo siendo optimista. Me sigue gustando la vida, sigo soñando en el futuro como un niño, y sigo viviendo lo que puedo en el presente.
Me espera un mes y medio de ansiedad, de nerviosismo, incluso de insomnios rebeldes, pero confío en poder recibir al final la alegría esperada, allá por mediados de septiembre.
Y pasar y olvidar una importante mala página (aunque alguna otra todavía tenga pendiente).
La esperanza, que no se pierda.
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jueves, 5 de julio de 2007

Hasta pronto...

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Las vacaciones obligadas de todos los años (¿podré elegir alguno?).
No me quejo, me perderé unas semanas en el lugar donde me he perdido ya demasiados años.
Me gusta mucho. El atlántico es mi segunda patria, y casi diría que la prefiero a la primera.
Pero este año sigo sin la ilusión ni las ganas de entonces, y ya van...
Voy empujado, no de mala gana, pero sí desganado.
Sé que estaré bien, y probablemente me sentará bien, por eso no opongo resistencia.

Dejo atrás un mal año, uno de los peores.
Desilusión, desengaño, angustia (mucha), tristeza, disgusto... y también apatía.
Escribo cada una de estas palabras a conciencia, desde el recuerdo de su vivencia.

Confío en volver con otro aire, la decisión está tomada y no me echaré atrás.
Otro aire en mi cabeza, porque siempre tendré el mismo en el corazón, en el espíritu, en el alma... y en mi locura.
Ese aire jamás lo dejaré... pese a quien pese.

Hasta pronto...

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martes, 3 de julio de 2007

Abre los ojos


(De mi corazón al tuyo)

Estrella que irradias tu luz hacia nosotros,
brillo y fulgor en oscuras noches,
es un placer mirarte, aprender de tus destellos,
placer es encontrarte,
lujo inmerecido toparse contigo en el éter nuestro,
mirarnos tú es regalar el cielo... gratis,
sonreír, cenit sereno de nuestra busca errante.

Estrella que guardas el calor en tus entrañas,
calidez esclava en tu mazmorra,
celosa centinela de tu reja,
fiero guardián de tus heridas rotas.

Abre los ojos a los astros buenos,
deja correr el corazón cautivo,
libéralo a la luz, enséñalo... que aprenda,
que disfrute del mundo satisfecho.

Agarra con tu mano el firmamento,
abre las manos, los brazos, el cariño,
abre los ojos, busca aliados,
camina entre las luces camaradas.

Déjate querer,
no brilles sola,
camina... hazme caso... acompañada.

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miércoles, 27 de junio de 2007

Amor


Compromiso.
Elsa ha distinguido este rincón mío como "blog de amor".
Me obliga a escribir sobre el amor y a elegir otro blog digno de esta distinción.
Me honra su elección... y me agobia.
No me gustan estas cosas.

¡Podría escribir tantas líneas y tantas cosas sobre el amor!

Soy un loco.

Porque el amor es cosa de locos... porque los cuerdos no aman.

Porque el amor es infinito, no tiene límites, no termina, no es inteligente, no es amigo de la mesura, no se cuantifica, no se acota...

Porque el amor es aventurero, es generoso, no reclama, no pide, no envidia, tolera, perdona, disculpa, no exige, no piensa, no reprocha...

Porque el amor ama sin ser amado, entrega sin recibir, escucha sin ser oído, ayuda sin esperar, sana sin ser curado...

Por eso los cuerdos no aman... por eso no quiero ser cuerdo.

Porque estoy loco, porque quiero amar sin medida, buscar vuestra felicidad, contemplar vuestras miradas, mirar vuestros ojos, disfrutar vuestras sonrisas, reír con vosotros, brincar juntos, alegrarme con vuestra alegría, serenarme con vuestra paz, gozar con vuestras ilusiones, contagiarme de vuestra felicidad...

Amar hasta que duela, amar hasta la muerte... querer hasta morir.

Dar la vida, regalar mi vida... no pedir nada.

Amar callando... y cuando mi corazón enmudezca por la muerte... seguir queriéndoos.

Por eso no soy cuerdo, por eso soy un loco.


No puedo distinguir sólo un blog de amor entre mis "locos".
Locos repletos de amor.
El que quiera, que coja el testigo.
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lunes, 25 de junio de 2007

Os lo debo


A vosotros, que os quiero con locura.
Mi vida, mi mundo, mi razón de ser sois vosotros.
Y yo no os merezco.
Perdonadme mi inconsciencia, mi ignorancia, mi agobio, mi simpleza y mi miseria.
Perdonad el daño que os hago y os he hecho, sin quererlo y sin pensarlo.
Os pido perdón... tarde, pero aún así os lo pido.
Habéis estado siempre a mi lado, mis grandes tesoros, y no he ayudado a haceros la vida agradable, no he sabido o no he querido, encabezonado en hacer lo que creía que debía... que no era eso.
El deber mal entendido, la obligación no debida... a costa de la felicidad, la vuestra, la nuestra.
La atención a quien no la merece, ni la agradece, malgastada.
Sé que no leeréis estas palabras.
De otra forma intentaré compensar el daño y la infelicidad que os he producido, en el tiempo que todavía pueda hacerlo... con mi vida.
¡Cuánto os quiero!... ¡Qué idiotas los que me acusan de quereros tanto!
Seguiré queriéndoos toda mi vida y con toda mi alma, estaré de vuestro lado e intentaré resarcir el tiempo pasado.
No quiero oír más eso de que os quiero demasiado. Quiero quereros hasta el infinito.
Sois el regalo de mi vida.
Quiero que seáis felices.
¡Cuánto os quiero!... ¡Y qué bien sienta decirlo!

domingo, 17 de junio de 2007

Amanece


Demasiado tiempo.
Deseo del reloj atrasado, del tiempo pretérito... del desandar.
Es necesario parar ya, es necesaria otra vida.
La necesitan... y la merecen. Y tú.
Hazte dueño y amo. Tuya es la vida.
Como siempre fue y debió ser.
No te ahogues en recuerdos, no recuerdes espejismos.
No fue y no era.
No merece la pena.
No pierdas tiempo. Para ya y coge las riendas.
Olvida el pasado e inicia el futuro.
Ya es la hora.

(propósito)

lunes, 11 de junio de 2007

Principios...

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Bett... Bett... criatura mala. ¿Dónde fue tu caridad?
Qué examen me propones. Qué losa.
No puedo describirme ahora... lo siento, no me encuentro.
Pero no soy capaz de defraudar tu invitación, que es todo un detalle.
Porque me pides que no huya... me obligas.
Sólo por eso hago un paréntesis en mi blog para contarte cuatro principios que admiro y cuatro ideas que detesto:

Libertad. Tesoro y guía de mi vida... libertad mía y libertad tuya.
Compromiso. Extremo... en mi amor, en mi amistad, en mi vida.
Sinceridad. Mi gran defecto y mi ruina... que me enorgullece y me pierde.
Solidaridad. Los débiles... sin remedio, mi vulnerabilidad, mi talón de aquiles.

Traición. El gusano que más odio, y que me acecha sin descanso.
Crueldad. No la veo en mí... aunque mataría a sus dueños.
Servilismo. ¡Madre mía!... cómo lo desprecio.
Mediocridad. Cierro los ojos para no encontrarme con ella día tras día y hora tras hora.

Lo de describirme... no puedo.
Anda... no vuelvas a pedirme esto.

sábado, 9 de junio de 2007

Apatía a lo cotidiano


Cuando veas deshecha la mayor ilusión de tu vida,
depositada en ella tu espíritu y tu fuerza.
Cuando sientas que tu globo invencible se desinfla sin remedio,
majestuoso de colores y guirnaldas... impresionante, magnífico,
convertido en amasijo de dobleces inmundas, sucias y perdidas,
paño arrugado, triste y mendigo,
imperio abatido.
Cuando de ver el cielo de su propia mano,
lo veas desde abajo, desde lo pequeño y lo lejano.
Cuando convivas con hormigas y escarabajos,
los sin alma, desheredados del cielo azul y limpio.

Y te aterre el miedo de nuevos sentimientos que no eran tuyos,
de indiferencia ante lo corriente, de desprecio ante lo ordinario,
de apatía a lo cotidiano...
sentimientos de los que no huyes, por miedo a quedar en el vulgo abandonado,
porque tarde o temprano reflotarás otro globo fantástico,
y querrás volver a volar en él y con él, sin renunciar a intentarlo,
la esperanza intacta... prácticamente lo único que quedó intacto.

Cuando esa apatía haga que pierdas oportunidades, gozos y felicidades, y dichas, y te imposibilite levantar en tu vida el ánimo.
Cuando tu apatía haga daño a gente que quieres y te quiere,
gente maravillosa a la que importas, gente a la que conoces y desprecias.

¡Rebélate... y vive!
Busca conseguir el nuevo globo, busca tener las manos abiertas,
busca tener la mirada a lo alto, busca tener el alma dispuesta...
Pero desecha de ti la odiosa apatía, enemiga cruel y silenciosa,
cómplice callada de tu contrario.
Échala fuera y despídela...
Tú, por favor... ¡vive!.
¡Ánimo!

jueves, 31 de mayo de 2007

Morir lentamente


Neruda, amigo, fuerza que emerge del cielo como un rayo vivificador.
Palabras estimulantes que despiertan conciencias vencidas y morales abatidas.
Verdades para ojos ciegos.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca,
no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre blanco
y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo,
quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño,
quien no se permite por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee,
quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente quien pasa los días quejándose de su mala suerte
o de la lluvia incesante.
Muere lentamente quien abandona un proyecto antes de iniciarlo,
no preguntando de un asunto que desconoce
o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas,
recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo
mucho mayor que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.


sábado, 26 de mayo de 2007

Amigos cercanos


Sin prever, sin saber cómo, sin buscar.
Encuentras a lo largo de tu vida momentos en los que otras almas soplan sobre ti, arropándote y arrullándote. Echan a los buitres negros de tu mente, despejan tu noche y te acercan el amanecer.
A veces son antiguos amigos con los que llevas años en una relación acostumbrada y rutinaria, con inercia permitida, encefalograma plano, que de repente te necesitan, confían en ti porque sólo tú reconfortas su tribulación, porque no encuentran quien comprenda su rompecabezas. Y te vuelves fuerte, orgulloso y generoso. Y escuchar el bien recibido te devuelve a ti el mismo bien, multiplicado.
Pero otras veces son personas que no te conocen ni conoces personalmente, que sólo sabes un poco de sus almas y ellas un poco de la tuya, muy poco... pero suficiente. Más que suficiente para sentirte cercano a ellas, a sus sufrimientos y a sus reflexiones, a su forma de ver la vida, a su deseo de ganar y vencer... y no llorar. Gente fantástica que navega por el éter, por encima de las indignidades y miserias de este mundo y de los fantasmas que lo pueblan. Gente que te acaricia las entrañas con sus pensamientos y sus sentimientos, que abre sin querer las cárceles que tienes candadas por impotencia y miedo.
Gracias a vosotros y a vosotras. Amigos y amigas.
Gracias por echar a los buitres negros.
Gracias por estar donde estáis y por ser como sois.

viernes, 18 de mayo de 2007

Esfuerzo inútil


Este pelear con la vida. Qué invento el de esta vida, camino de piedras y guijarros que nos llagan los pies, camino de dificultades y obstáculos interpuestos para hacernos sudar, sufrir y pelear día tras día.
Dificultades a las que no podemos sustraernos; somos empujados a seguir adelante, hacia los obstáculos. No podemos renunciar a seguir caminando. La misma fuerza ingrata que nos impulsa desde atrás es la que nos planta los escollos por delante. La misma vida.
No hay escapatoria... seguir y seguir adelante... más y más obstáculos.
¿Renunciar? No puedes, o sí, pero con una solución que no es válida: renunciar a la vida misma, quitarte de en medio, desaparecer...
No, no es válido. Suicidarte no es válido, no sirve, no ganas. Sólo pierdes.
Únicamente te queda seguir adelante, salvando obstáculos, peleando en un esfuerzo inútil. El esfuerzo inútil de luchar con todas tus fuerzas contra un obstáculo, y vencerlo, y cuando te dispones a alegrarte por haberlo conseguido... otro obstáculo, y vuelta a lo mismo, y lo vences... y te dispones a alegrarte... y otro obstáculo... y otro... y así.
Así la vida entera... esfuerzo inútil, alegría efímera.
¡Qué ingenuos somos! ¡Menos mal!
Bendita ingenuidad.
Y bendita rebeldía que nos hace vencer una y otra vez, y lanzarnos de nuevo a la pelea para conseguir la efímera alegría. Un día y otro día, ingenuos de que no habrá más obstáculos, de que después del último vencido no vendrán más, de que el camino será de rosas y claveles. ¡Vencedores ilusos!
Benditos los ingenuos, y los rebeldes, y los locos, y los luchadores, y los amantes, y los alegres, y los vividores. Sois la sal de la vida, la sal del mundo.

domingo, 6 de mayo de 2007

A mi manera


Sí, ya sé… es una expresión tan manida que a veces aburre, sobre todo cuando la oyes en boca ligera.
Sin embargo, es una expresión hermosa cuando estás solo contigo, tú solo, con el celta que se esconde de ti… dentro de ti.
Un pensamiento que tiene la fuerza del viento, que te iza y te ondea libre, que te hace volar como ave solitaria. Que te hace respirar hondo y te limpia.

A mi manera…
A mi distancia de las cadenas, de las costumbres y de los fantasmas.
A la manera mía, a mi forma de ver la vida, a mis ganas de vivirla, a mi manera de ser, a mi locura, a mi fe.
A aprovechar mi tiempo regalado.
A encontrar a seres como yo, libres que buscan libertad.
A no esperar que la vida te lleve, a buscar diamantes fuera del sendero, a no ser borrego en tropel.
A no permitir que te dobleguen, a no contagiarte de la infamia, a no ser un necio.
A tener tu propia luz y ser tu propio candil.
A esperar que personas como tú, que lees esto y me entiendes, que piensas cada frase que lees, que haces un hueco a cada pensamiento, me digas que tú también…"a tu manera".
A mi vida… y a la tuya, a tu manera y a la mía. ¡Libres! ¡A nuestra manera!
Porque no renunciamos. Porque el camino es muy corto:

Al brillar un relámpago nacemos,
y aún dura su fulgor cuando morimos;
¡tan corto es el vivir!
La Gloria y el Amor tras que corremos

sombras de un sueño son que perseguimos;
¡despertar es morir!



domingo, 29 de abril de 2007

El Viaje... el viaje


Mucho tiempo y muchos minutos dedicados a soñar con Él.
La imaginación que no cesa, que suple la realidad que deseamos y no poseemos, sin resignarnos a aceptar la que nos es impuesta.
Con toda nuestra buena voluntad, incomprendida, despreciada, insuficiente.
El Viaje sigue, el camino sigue, la vida sigue, los años siguen… y la tozuda imaginación se rebela.
No quiere, no acepta, llora... ¿y qué?. No te van a hacer caso.
El Viaje sigue.
Quiero pararlo… ¡ya!
Quiero otro camino, quiero desviarme, acompañarte y que me acompañes.
El camino corre y se nos pasa el tiempo. Acabará si te descuidas… date prisa.

Este viaje, sueño con él. Preparado, minucioso, arreglado, sereno, ¿vendrás?.
Y si vienes, ¿qué?... ¿detendremos el Viaje? ¿torceremos su rumbo?...¿juntos?

Sueño con el viaje… sueño que domino el Viaje, deseo cambiarlo, orientarlo hacia el anhelo. Puede ser la luz o puede no ser nada.
Quiero ser feliz. ¿Me dejas?

sábado, 21 de abril de 2007

Quiénes somos


¿De qué estamos hechos? ¿Qué extraños mecanismos nos dominan?
Creemos que nos conocemos a nosotros mismos (¡ilusos!), y pensamos que conoceremos a toda la humanidad...¡idiotas!.
La disección ajena es la aventura más seductora e interesante que pueda imaginarse. No la de los fantasmas... por Dios, no…, la de la gente viva que te importa.
La inescrutable mente de tu amigo o de tu amiga que te desazona, que día a día parece un ser distinto, que te ama, que te odia, que te ayuda, que te ignora…
¿Porqué? ¿Qué pasta es ésa?
¿Porqué una persona que ocupa un lugar predominante en tu mundo te traiciona un día, sin venir a cuento? ¿Pero en qué piensa, en qué pensaba?
¿Porqué?
Y por qué de repente vuelve a ser tu amigo/a, tu aliado/a…sin venir tampoco a cuento. No ha pasado nada. ¿O sí? ¿Lo aceptas? ¿La aceptas?
Tú no eres así, ni mucho menos….que no, que tú no eres así.
Buscas en este mundo, el único que conoces, personas como tú. Las hay, lo sabes.
Personas que no traicionan, comprometidas con lo que prometen, coherentes con lo que predican, honestas por principio, fieles…. las hay.
Sólo encontrarlas, tarea difícil.
Y sólo quieres dedicar tu tiempo a esas personas, las que te hacen vivir, las demás no importan, no valen.
Allá ellas… ¡pobres!... nada.
¿Y tú, qué?

jueves, 12 de abril de 2007

Miedos


Miedo...
He leído una reflexión de alguien sobre el miedo. Miedo a la madrugada, al despertar y al levantarse, al empezar el día... miedo a la vida.
Un miedo que busca y encuentra refugio en la noche, en la quietud, en el sueño...en la nada de la oscuridad... en la muerte fingida.
Una angustia que todos, en algún momento o de algún modo, hemos conocido.
Pero otro miedo más profundo me vino a la mente y al estómago cuando leía estas reflexiones; el otro miedo, el de la noche.
El miedo a la soledad de ti mismo, de tu mundo interior, de tu yo, ése que no quieres que te moleste y que siempre te persigue.
Te sientes solo en el abismo cuando ves acercarse la noche profunda. Tú solo en un universo oscuro, los demás no están, se han ido, se han llevado el tumulto y el ruido que te cobijan. La ciudad dormida.
Estás desvalido... ¿dónde esconderte? ¿dónde agarrarte?
Te dejaron solo con tu silencio y tus fantasmas (los fantasmas reales, los de verdad, los del espíritu…no los otros fantasmas de carne y hueso que te machacan día tras día y hora tras hora allá donde vayas).
Esa soledad de la noche, que te ataca aunque tengas a tu lado a personas que te rodean, que te quieren, que te hablan y te sonríen... pero no te entienden.
Tú solo y nadie más, ni nada más. Tú con el desasosiego… el pánico al vacío.
Y sólo un remedio: dormir, cerrar los ojos.
Dormir para no vivir, para tender un puente a la madrugada y saltar el charco maldito, y encontrar otra vez el ruido y el tumulto... y esconderte sin ser visto…y asustar a los fantasmas con el barullo. Y pasar las horas... y la vida.
Pero no te engañas... sigues estando solo.

viernes, 6 de abril de 2007

Nueva etapa??



Me siento solo. Sé que es un sentimiento temporal, que es fruto de una nueva etapa, obligado a romper con un pasado.
No me arrepiento del pasado, pero no podré volver a él, a pesar de la gente a la que echaré de menos.
Da igual... sólo miro al futuro... ya lo hice más veces antes y seguro que volveré a hacerlo (aunque ahora piense que no cometeré más errores).
No creo que pierda nunca la esperanza. ¡Me gusta la vida!
Espero seguir conociendo gente distinta (¡distinta!).
Este bajón pasará, seguro, nunca han podido conmigo.
Mañana será otro día...

jueves, 5 de abril de 2007

Aunkeduelas


Comienzo de nuevo un blog, después de haber eliminado el antiguo por motivos personales.
Supongo que algo más habré aprendido desde que empecé el otro... siempre se aprende... continuamente.
Pero hay una cosa que no cambia; la idea de vivir, cómo vivir, qué elegir y qué desechar.
Y sigo teniendo claro que quiero seguir viviendo en la tierra (qué palabra más bonita), buscando y conociendo a la gente especial que merece la pena, que entiende la vida como un tesoro que hay que explorar, que busca a otras personas especiales, que está apegada a la tierra desde la fantasía y la ilusión, y que disfruta con las cosas sencillas.
Sigo estando harto de fantasmas que pululan por las nubes, que son cada vez más numerosos y más inaguantables. Quiero que me dejen en paz y nos dejen en paz, que pierdan el tiempo entre ellos y se olviden de nosotros... ¡coño, que molestan mucho!
Bueno, en fin, espero encontraros a vosotros, que sois como yo, y quiero abrir este rincón aquí para tener donde poder hablar y cambiar impresiones, sentimientos y vivencias.
Si te interesa, si te gusta la vida, si estás cansado y aburrido de fantasmas, vuelve por aquí de vez en cuando y cuenta lo que sientas.
Si eres del rebaño, déjanos, busca tu redil y vete a refugiarte en él.
Nosotros estamos solos, de uno en uno, con nuestra fantasía, con nuestro mundo... pero nos entendemos y estamos vivos.