domingo, 18 de abril de 2010

La viña


Los racimos que no recoges, no van a la cesta.
Déjalos atrás y se los llevarán otros.
La viña va pasando ante tus ojos.

Veo a diario la alegría de muchos y la pena de otros.
Y la alegría no está hecha de grandes proyectos. No veo alegrías por construir grandes obras ni por grandes fantasías.
Veo la alegría en las cosas pequeñas... grandes alegrías por pequeños gestos, alegría constante por cada nuevo día.
Y veo también la pena de las pequeñas cosas, la más habitual de las penas, y la más triste y más mísera. Y la más incomprensible.
Habitual es hoy que entre las pequeñas cosas, elegimos siempre las que dan pena.

Si no te das cuenta a tiempo, va a ser tarde y no estará la alegría a tu alcance.
Si no despiertas a la luz pronto, no vas a volver a verla.
Aprende, anda, ... pues no vivirás mucho tiempo.
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3 comentarios:

tisbe dijo...

Lo más grande está siempre en las pequeñas cosas,enormes en su sencillez.

Una pena pequeña no vale la pena magnificarla,aunque se hace demasiado a menudo ocultando así el sol con un dedo.

Las pequeñas alegrías demasiado a menudo también las dejamos pasar sin saborearlas,sin siquiera verlas y mucho menos sentirlas.

Sabes,Celta ? Fue para mi una alegría ver que habías escrito y no la dejé pasar,de veras he venido con ilusión cuando en mi blog ví que había nueva entrada en aunkeduelas,ya ves,has sido el artífice de una alegría mía.

Un beso

Isabel dijo...

También a mí me alegra volver a leerte, como siempre. Y verte así de sabio, así de fuerte. Besos.

Ana dijo...

A veces no nos percatamos de esas pequeñas alegrías, tan inmensas y sencillas.

Yo creo en el arco iris, no en la escala de grises. Creo en las personas, no en la gente. Creo en la vida, la que se vive día a día.

Mucho o poco tiempo es tan relativo como la ilusión por sentir la propia vida. Y tu tienes ese don para contagiar la alegría.

Un beso.